Mi pueblo
Un letargo infinito
somete impávido
el paisaje ancestral
de mi humilde pueblo.
Su tosca figura
se ve clamorosa y urgida
de vivencias pasadas,
de habitantes con brío.
El remanente de antaño,
se resiste con fuerza
recorriendo el camino,
a pesar del destino.
Hacia lejanos parajes
se desangró nuestra savia
nutriendo ciudades y barrios
de recuerdos genuinos.
De anécdotas y costumbres
se llenaron las casas
se colmaron sus aires
de fragancias con tino.
Trasladó su abundancia
de respeto y cultura
de consejo y ternura
hacia el concreto más frio.
Concluyó la esperanza
del terruño adorado
de mi pueblo enjaulado
en su tristeza y olvido.
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