Mi pueblo
Un letargo infinito somete impávido el paisaje ancestral de mi humilde pueblo. Su tosca figura se ve clamorosa y urgida de vivencias pasadas, de habitantes con brío. El remanente de antaño, se resiste con fuerza recorriendo el camino, a pesar del destino. Hacia lejanos parajes se desangró nuestra savia nutriendo ciudades y barrios de recuerdos genuinos. De anécdotas y costumbres se llenaron las casas se colmaron sus aires de fragancias con tino. Trasladó su abundancia de respeto y cultura de consejo y ternura hacia el concreto más frio. Concluyó la esperanza del terruño adorado de mi pueblo enjaulado en su tristeza y olvido.